Esposa, madre, abuela, mujer.

Hoy, como todos los días, se habrá levantado temprano, nunca le ha gustado remolonear en la cama. Se habrá vestido y habrá salido para su casa. Una vez en su casa habrá puesto la cafetera, y dos rebanadas de pan en el tostador. Casi llego a oler esa mezcla de olores. Posiblemente el olor a café recién hecho y a tostada, con su aceite de oliva o su mantequilla derretida, sea para mí el olor del hogar. Tal vez por eso sea lo primero que hace, para así hacer ver a quien sea, incluso a ella misma, que esa es una casa habitada, que es su hogar. Tras el desayuno habrá dejado ordenada y limpia la cocina, y posiblemente haya cogido el cepillo y la fregona para limpiar alguna habitación, o el pasillo. Una vez todo en su sitio, habrá ido a su flamante cuarto de baño, donde se habrá aseado, peinado con esmero y se habrá puesto esa laca que ella usa para siempre estar peinada. He de decir que en eso del arreglo personal no se descuida nada. Es muy presumida, y no sale a la calle de cualquier forma...