Entradas

Mostrando entradas de agosto, 2010

Un beso de los de verdad

Imagen
Tras despedirse de su madre, Anita salió del comedor hasta su dormitorio a toda prisa; cogió la primera muñeca que le regaló su padre, que era su preferida y se sentó en la cama. - Pili,- dijo al trozo de plástico con forma humana,- me parece que papá ha hecho de nuevo algo que ha enfadado a mamá. Estoy asustada porque siempre las paga conmigo y no se da cuenta de que yo quiero que papá esté siempre con nosotras. Creo que le da envidia de que me quiera a mí más que a ella. Ahora voy a presentarte a los perritos de Sara; son muy bonitos, parecen ositos de peluche. ¡No te asustes! Yo les diré que eres mi amiga y que no te hagan daño. ¡Vamos! La niña de siete años se puso en pie de un salto y corrió hasta la habitación donde se encontraba la camada; miró a su muñeca Pili y le hizo un gesto para que guardara silencio, tal y como lo había hecho un rato antes Virtudes con ella. - Tenemos que estar en silencio porque son muy pequeñitos y necesitan dormir con su mamá

La solución de Virtudes

Imagen
Tras retirar la mesa, Virtudes, Oscar y Angelines se sentaron a comer en la cocina. Como era costumbre, Angelines dio gracias a Dios por los alimentos que iban a disfrutar; los tres se persignaron y cogieron la cuchara para dar buena cuenta del plato de sopa que los llamaba con su aroma. - Virtudes, ahora es un buen momento para que me cuentes lo que tienes planeado. – Dijo sereno Oscar. - ¿Yo? ¿Algo planeado? - No te hagas la ingenua; ya soy mayorcito como para saber que cuando una mujer pone carita de ángel es que alguna idea ronda por su cabeza. – Dijo el anciano con una mirada cómplice en su esposa. - ¡Habla sin miedo hija! – Dijo Angelines. - ¡Está bien! Pero no se enfaden conmigo. Me dan mucha pena esos cachorritos; me recuerdan a mis hermanos y a mí cuando éramos pequeños. Cuando mi padre nos abandonó nos quedamos sin nada que echarnos a la boca. - ¡Ya! Se nota por el modo en que miras la comida cada día. –