Debía pasar una fase de delirio, provocado por el intenso calor de estos días de estío, cuando he tenido el siguiente sueño que transcurría bajo un sol abrasador: Me encontraba en el pueblo de Fregenal de la Sierra y caminaba resguardado del sol, bajo los soportales de su plaza principal, cuando llegó a mí un olor inconfundible a pata negra a las brasas. Hasta ahí nada extraño. Caminaba por el pueblo sin encontrar ni una sombra y bajo un sol que quemaba mi piel y el olor a carne asada seguía presente; notaba que pasaba algo extraño pero no acertaba a saber qué era. Me encontré con mi amigo Luis, que caminaba cargado con un enorme paquete de pañales; nos saludamos y noté que me miraba de un modo extraño y no hizo alguno de los comentarios jocosos y llenos de ingenio que acostumbra a compartir. Un perro flaco comenzó a seguir mis pasos, al poco se le unió otro y otro además de tres ratas peludas que asustarían a los perros de no haber estado tan pendientes de mí o de aq...