El padrino.

Muy coqueto, delgado. Su piel parece haber escapado al paso de los años que reflejan el blanco de su cabello. Sus ojos son pequeños, concentrados, inteligentes y muy expresivos, en ellos puede verse la nostalgia y la alegría, la severidad y la picardía. Un fino bigote se dibuja sobre su boca, de esos que sólo saben llevar las personas muy elegantes, los que solían llevar los galanes de la edad de oro de Hollywood. Hombre de edad avanzada, de una vida llena de aventuras, divertimentos, responsabilidades, todo en altos niveles. Tremendamente sensible, no entiende de medias tintas a la hora expresar sus sentimientos, las penas le ahogan y las alegrías le dan la vida. Dinámico, aun sigue al frente de su empresa, a la que ha dedicado su vida, una empresa mítica en su sector, cuyo prestigio ha traspasado fronteras. Posiblemente es el mejor embajador de su tierra, con seguridad, el mejor anfitrión. Se preocupa en pensar el tipo de comida que gustará más a sus invitados, para así decidir dónde...