Me ha ganado la tristeza

Hoy, hasta ahora, me ha ganado la tristeza . Ha llegado disparada en dos conversaciones y una llamada de teléfono; ha llegado disfrazada de esperanza, que es la tristeza que más duele. Pasas de una luz cegadora a la oscuridad más opaca sin tiempo para percatarme que del cambio. Es asoladora mi tristeza, me pesa y me dice que no salga a la calle, que no vaya al gimnasio; incluso ha llegado a decirme que no escriba, por eso lo hago. Hoy me da igual que me lean, escribo para mí en un intento de liberarme de esta pesada carga que me ha dejado la tristeza. ¿Quién me llamó? ¿Con quién conversé? ¿Qué me contaron? No importa, quedamos en soledad, mi tristeza y yo.