El síndrome de La vida es bella

El síndrome de La vida es bella

 

Recordamos la banda sonora que compuso Nicola Piovani para la película "La vida es bella" (1997), basada en una historia real y plasmada en el libro "Así derroté a Hitler", con la que Roberto Benigni se hizo internacionalmente conocido en la ceremonia de los Oscar de 1998 al obtener las estatuillas a mejor actor, mejor película extranjera y mejor banda sonora.

"La vida es bella" se localiza en la Italia ocupada por los nazis. Guido, el personaje protagonista que interpreta Benigni, tras vivir una preciosa historia de amor de la que nunca podremos olvidar aquella frase de —Buenos días, princesa—, con la que conquistó a Dora (Nicoletta Braschi), se casan y tienen un hijo. En 1945, seis años después, son hechos prisioneros por ser judios y encerrados en un campo de concentración. El ingenioso padre de familia idea un juego para que su hijo se mantenga al margen de la terrible realidad del Holocausto. Le cuenta que se trata de un divertido juego y que el niño que salga victorioso ganará un tanque.


El Gobierno de Pedro Sánchez pretende tratarnos como a ese niño: nos oculta la realidad.

Nos ha encerrado con un decreto de alarma de cuyas facultades abusa y cada sábado, como si de un telepredicador o del mismo Fidel Castro se tratara, nos suelta discursos infumables en los que no nos cuenta nada y nos dicta (el verbo no puede ser más adecuado) sin contar con el resto de las administraciones ni con los partidos de la oposición las normas a seguir. Durante el primer mes dejó cerrado el Congreso de los Diputados y el Senado con lo que se aseguraba no tener control del poder legislativo; ha presionado al poder judicial y con una más que generosa subvención se ha asegurado de tener a su favor la opinión de Atresmedia el grupo de comunicación más potente de España (La Sexta, Antena 3, La Razón, Onda cero) con alguna excepción como  Carlos Alsina o algún comentario suelto de Pablo Motos, los periodistas críticos con la gestión del Gobierno han perdido su puesto de trabajo. Con el más clamoroso ejemplo del programa de Iker Jiménez, que tras años de emisión con éxito se quedó sin su hueco en la parrilla de La Sexta por hablar de la gestión del coronavirus y ahora hace un maravilloso programa donde reina el rigor científico y desde el que se sigue haciendo preguntas interesantes.

Al principio sufrimos el shock de vernos encerrados, el miedo por lo que pasaba y lo que podía llegar a pasar y una enorme sensación de desprotección. No tardaron los juegos de Guido en aparecer: los aplausos en el balcón a las ocho de la tarde, el Resistiré del Dúo Dinámico, hacer pan y el maquiavélico mensaje de que entre todos unidos lo superaremos, que no puede ser más malvado.

Por supuesto que saldremos y lo contaremos: la historia de las batallas la escriben quienes sobrevivieron, los muertos no pueden escribir ni gritar. Nos tratan como al niño de "La vida es bella" una vez más. Y el mensaje es tan perverso que ha perseguido implantar un pensamiento único según el cual quien discrepe es un mal ciudadano que no quiere remar junto al resto para salir de este drama. Los que nos hemos atrevido a alzar la voz hemos tenido que soportar insultos y amenazas y vernos apartados de grupos en los que impera el mensaje instituido por este gobierno del miedo disfrazado de Roberto Benigni pero que actúa al más puro estilo nazi: hazlos pensar como tú y con quien se resista, aniquilación.

Nos contaron que no había precedentes ni planes a seguir, cosa que a día de hoy sabemos que no es cierta, pues el Gobierno del también socialista José Luis Rodríguez Zapatero redactó un Protocolo de actuación para casos de pandemia por gripe que de haber sido seguido habría salvado miles de vidas y que a día de hoy sigue publicado.

https://www.mscbs.gob.es/ciudadanos/enfLesiones/enfTransmisibles/pandemia/home.htm?fbclid=IwAR2e6WaofockAby-uhmgTDm_GHdcv2nPb1KXx8qY8QfhP-vP2BG4SXEdf2o

¿Nadie en el Gobierno, ninguno de los muchos asesores y expertos reparó en su existencia o en la conveniencia de seguirlo?

Nos han negado imágenes de nuestros muertos; un luto oficial que haga que la población tome conciencia real de lo sucedido y ahora se extrañan de que ahora que empiezan a darnos momentos de algo libertad parecidos al paseo en el patio de la cárcel, se actúe con falta de responsabilidad.

Nos enfrentamos al mayor drama sanitario de nuestra reciente historia y lo hacemos con gobernantes inútiles que han priorizado salvar su imagen de cara a unas próximas elecciones. Nos encontramos en una crisis económica sin precedentes y Pedro Sánchez ha escogido como aliado al líder de un partido que quiere lograr la revolución comunista e instaurar un régimen como el que ha arruinado a Venezuela y ha dejado a su pueblo sin libertad.

Cada vez somos más los que nos asomamos a otras ventanas que las oficiales y vemos la realidad. No somos niños. No nos traten como a tontos.

La vida es bella y sin este Gobiernos de incompetentes, manipuladores y liberticidas lo será mucho más.

 

José Luis López Recio


Comentarios

  1. Se ilustra con todo esto la tragedia y el eco de ésta en más de un rubro. Y pone a pensar en aquella famosa frase, sobre que quien no conoce la historia está condenado a repetirla.

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