Pensamientos y recapitulación
La libertad no es un medio con el que ganarse la vida, sino
un buen motivo para vivirla con intensidad. No nos faltarán diferentes
opciones, pero si siempre las elegimos con la vista puesta en un objetivo a perseguir,
perderemos herramientas con las que lograr aquel objetivo del que nos
convertimos en esclavos.
A veces yo mismo me pregunto por qué mantengo este blog abierto,
pero no tardo en dar con la respuesta: lo necesito. Es el confidente donde
desde hace años puedo expresarme con total libertad, sin tener en cuenta si va
a gustar o no lo que escriba. Me permite ser más yo que nunca y me ha
facilitado serlo cada vez más en todos los niveles de la vida.
Age quod agis nació una noche de lluvia en la que no lograba
dormir debido a la excitación que produce haber sufrido horas antes un
accidente de tráfico del que durante unas décimas de segundo creí que no
saldría con vida. Aquella noche recordé lo mucho que siempre me ha gustado
escribir y que no lo hacía por timidez. Pensé que de no haber sobrevivido, no
habría quedado en el mundo nada que dejara constancia de mi paso por el mundo y
creí que sería una pena. Comencé a escribir algún artículo y algunos relatos
cortos y semblantes, hasta llegar a escribir una novela con la que disfruté
muchísimo. Pese a no haber conseguido que se publique, siempre quedará ahí, en
algún lugar, para que si de verdad vale la pena, pueda ser leída por muchas
personas.
En este tiempo he tenido varios trabajos; de todos he sacado
más experiencias que dinero. Pero me han alejado de lo que me hace feliz: de contar
las historias que no dejan de sobrevolar a mi alrededor. No dejo de preguntarme
si vale la pena intentar ganarse la vida con algo que hace que la esté
perdiendo.
Como os decía, este blog está para aliviar mi cabeza de
pensamientos y para compartirlos por si a alguien pudieran resultar de ayuda.
No tiene más pretensiones.
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