Hojas que se lleva el Otoño



Lo conocí en primavera, en aquella época me contagiaba sus ganas de vivir y hacerse fuerte; el tórrido verano logró que sus hojas se agostaran pero se mantuvo firme; en otoño, mientras daba un paseo, escuché crujir algo bajo mis pies, sus hojas habían caído y estaban esparcidas por el suelo. Levanté la cabeza y lo vi desnudo y a la intemperie: si había fortalecido su tronco sobreviviría hasta la próxima primavera.


Así es un árbol caduco; así es el amor.

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