Sobre la belleza de las estatuas




No es tan complicado de ver: basta abrir los ojos para darnos cuenta de que mientras las más bellas estatuas permanecen impertérritas, inmóviles y en la más fría soledad,  los seres vivos avanzamos, nos emocionamos y buscamos el calor de la compañía de nuestros semejantes.

Intenta que te amen por el ser vivo que eres; no te afanes en ser una de esas personas cegadas por el culto a la belleza, pues ya ves de qué les sirve a las estatuas.


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