La mujer de Kalábrita.







¡Miedo!, siempre esa sensación de miedo extremo, de pánico, de terror, metida bajo la piel, calando hasta los huesos. ¡Se acercan!, se oyen los motores alemanes, ¡ya están aquí!, ¿dónde estará Nikos?. Salió muy temprano con su padre, sólo tiene catorce años y ya quiere comportarse como un hombre. Fue muy bonito aquel beso que nos dimos hacía tan sólo unos días, cuando después de misa, fuimos a dar un paseo por el campo. Todo estaba precioso, yo estrenaba un vestido blanco que me había hecho mi madre, mientras corríamos todos los amigos, caí al suelo lastimándome la rodilla. El vestido quedó impregnado del verdín de la hierba fresca y del rojo de mi sangre, me asusté mucho, siempre me dio miedo la sangre. Él me esperó, era el más fuerte de todos los chicos de la pandilla, me daba mucha vergüenza que me cogiera en brazos, el me convenció diciéndome que ni el propio Hércules tenía tanta fuerza, sus brazos eran muy fuertes, y me hizo reír aquella postura suya comparándose con un semi Dios. Me puse colorada al notar el contacto de su piel. Se dio cuenta y me guiñó un ojo, siempre ha sido un picaruelo, espero que a partir de ahora solo tontee conmigo.
¡No veo a Dina!, mamá me dijo que yo tenía que cuidar de ella, no oigo su llanto, ¿dónde estará?, hace un segundo estaba junto a mí, dentro de casa. No tiene ni dos años. Un momento, se oye algo, voy a asomarme a la calle. Sí, ahí está, pero no está sola, ¿Quiénes son esos extraños que la rodean?, ¿porqué están con mi hermanita?. ¡Me han visto!, me escondo dentro de casa, pero he de mirar de nuevo, es mi hermanita. Vuelvo a asomarme, el corazón parece que me va a estallar, uno de los hombres extraños ha vuelto a mirarme. Quiero gritarle, pero no me sale la voz, el miedo me lo impide. ¡Dina!, ¡Dina!, intento gritar. Pero ella no me oye, la voz no sale con fuerza de mis pulmones. El miedo no me deja gritar. ¿Quién es ésta mujer que se me acerca?.
- ¿Quién eres?- le pregunto a la extraña que hay dentro de mi casa.
- Soy yo mamá, tu hija mayor, Dina. Acabas de llamarme. ¿Te has tomado la medicación?.-
No sé a qué medicación se refiere, pero me trata con amabilidad y dulzura, eso va tranquilizándome. Me da una pastillita que tomo. Dice que es mi hija, la cosa es que le encuentro algo familiar, pero…yo tengo 13 años. La veo que va a salir a la calle.
- ¡Cuidado! Están llegando, ya se oyen los motores de sus vehículos, no salga. Fuera hay unos extraños con mi hermana Dina.
- Sólo son unos turistas mamá, están jugando con una pelota con su hija. Creo que los has asustado tú a ellos, se están alejando y no dejan de mirar a la puerta de la casa.- Dijo la mujer mirándome con una sonrisa tranquilizadora.
Poco a poco voy tranquilizándome, encontrándome mejor. Me pongo en pie, veo una foto de boda en la que aparezco yo junto a un hombre que no conozco. ¿No me casé con Nikos?. Veo más retratos, con hijos, y con los hijos de mis hijos. Por las fotos, parece que tengo tres hijos y cinco nietos, muy guapos todos. Pero… yo tengo trece años, no puede ser. Sigo inspeccionando mi casa, me llevo un gran sobresalto, ¿quién es esa anciana que me mira?, me acerco, es un espejo, yo soy la anciana. Mientras me miro, palpo las arrugas de mi cara, realmente soy yo.
Otra vez me ha pasado, se me va la cabeza cada vez con más frecuencia. Ya no reconocía ni a mi Dina. Vivir así es un castigo, siempre vuelvo al mismo tiempo, siempre con los demonios germánicos. Noto como una lágrima cae por mis mejillas, tengo el corazón dolorido. Terrible enfermedad, cada vez que se me va la cabeza, vuelve a morir mi padre. El recuerdo de aquel niño lleno de vida, fuerte como Hércules, es cada día que pasa más fuerte dentro de mí. Ellos terminaron con su vida aquel fatídico día.

Comentarios

  1. Cautivadora historia de principio a fin. No quiero ni pensar el calvario que tiene que ser olvidar tu vida presente y revivir, una y otra vez, un pasado que no puede volver.

    PD: En cuanto a lo de los Mercedes, es que los alemanes saben hacer muy buenos coches.

    Besitos grandes pa'que te duren todo el finde.

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  2. Muy bello post, debe ser terrible el olvido, no recordar nada, me asusta pensarlo.

    Un beso y feliz día.

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  3. wow, a mi me dejas atónita con tus relatos, con este me he quedado inpactada, he vivido de cerca el alzheimer de mi abuela y es horrible vivir en el pasado y no conocer a nadie, ni a tus hijos..
    A sido una bonita historia que me ha encantado leer...
    Un beso y seguro volveré pronto a leer tu arte

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  4. Hoy 2 de mayo, día de héroes y de historias trágicas. Existe el mal absoluto, pero existe el bien a pesar de todo. Y terminará venciendo.
    Saludos

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  5. A mi parecer el alzeimer es una de las enfermedades más crueles que existen, te priva de todo lo humano que tienes dentro de ti hasta convertirte en nada.
    Me has puesto la piel de gallina con este relato.
    Un saludo Joselop

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  6. Me ha gustado la historia. Muy cruda. Y real. Y no sabía lo de la foto. Que tragico. El otro dia vi el testimonio de una mujer que escapó de un campo de concentración nazi, vino a Argentina, tivo 2 hijos y luego la dictadura aquí le secuestró e hizo desaparecer a uno de ellos. Salió de un tirano, y luego sufrió a otro.
    Saludos

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  7. estoy impactada...es algo nuevo en ti ( de lo que eh leído) pero me ha gustado mucho...es cruda, tierna, veraz, sencilla y perfecta, sobretodo eso...perfecta!
    Besitos.

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  8. Una narración estremecedora. Me ha impactado.
    Un fuerte abrazo.

    P.d: gracias por las palabras dejadas en mi "pequeña casa".

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  9. Menudo relato, me ha gustado. La memoria es algo muy frágil.

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  10. Petardy: me aegro que ta haya gustado el relato. Debe ser un infierno vivir así, es loque intenté reflejar en el relato, además de la denuncia del holocausto, que no debemos olvidar nunca.

    María: A mi también me aterra el olvido. Gracias por pasarte a leer.

    Mar: Gracias por pasartea leer el relato. Supongo que casi todos hemos vivido de cerca algún caso de alzheimer, sabeos lo terrible que es. La vida es muy irónica, hasta el nombre de la enfermedad que tortura a la anciana es alemán.

    a modiño: Estoy contigo, el bien ha de vencer, para ayudar a que así suceda, los "buenos" debemos alzar la voz y no permanecer inmóviles ante las injusticias que suceden a nuestro alrededor.

    Rosalianm: Gracias, me alegro mucho de que te guste.

    Rosa:Estoy de acuerdo con tu opinión sobre el alzheimer. Gracias por pasarte a leer un rato.

    Germánico: Espeluznante lo que cuentas sobre el testimonio de ea mujer. Desgraciadamente, todos los paises y civilizaciones han cometido barbaries. gracias por pasarte.

    Zayi Hernández: Gracias, aunque creo que exageras un poco. Ciertamente se aleja algo de lo que escribo habitualmente, la idea surgió sobre la marcha, la vida me la brindó y no quise desaprovechar la oportunidad de escribirla.

    Carol: Me gusta que te haya impactado, er el objetivo. Gracias por pasarte.

    Iraday: Gracias. Muy bueno tu comentario, la memoría es algo frágil, pero no solo lo es la de la anciana que sufre alzheimer, quise escribir la historia, porque es obligación de todos que no se olviden las atrocidades que se cometieron con el holocausto.

    Gracias a todos por pasaros a leer un rato los relatos de Age quod agis.
    Saludos

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  11. NO SÉ QUE PASA O TE HE MANDADO 6 COMENTS O NINGUNO. LO INTENTARÉ DESPUÉS

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  12. UN GUSTO LEERTE SIEMPRE! TE MANDO UN ABRAZO Y BUENA SEMANA!!!!!!!!!!!! ROXANA

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  13. Hola Joselop, menuda historia, recuerdos y olvidos, me a gustado. He leído un par de ellas. pasare mas a menudo.
    Un saludo, Pedro.

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  14. Una gran historia... como siempre.
    Un placer leerte.
    Un saludete

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  15. Ay amigo mío...qué relato hermoso y desgarrador. Me has traído una historia muy cercana...qué tristeza!

    Besitos

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  16. Comentaba a Cesar Lamela que me imprimo muchos de sus trabajos para leerlos y disfrutarlos en papel. Contigo tres cuartos de lo mismo. Eres genial. Es una gozada poder disfrutar de escritores como vosotros.
    Un besote

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  17. lys: No te preocupes, a veces hay fallos. Muchas gracias por pasarte a leer.

    roxana: gracias por la visita.

    elreves: muchas gracias por dejar un comentario por primera vez, espero que te guste lo que encuentras en Age quod agis y te pases a menudo.

    el chache: gracias, me alegro muchísimo de que te guste la historia.

    mara y cuyá: gracias por pasarte y por tu comntario. Supongo que esa historia desgarradora tiene algo que ver con el alzheimer, muchos tenemos alguna historia así en nuestras vidas.

    Mª Ángeles Cantalapiedra : has conseguido que me sonroje al leer tu comentario, muchísimas gracias, se hace lo que se puede. La verdad es que, por los temas que toca, l he tomado un especial cariño a esta historia.

    Muchas gracias a todos por pasaros a leer un rato por Age quod agis.

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