Historias de la mili XXIII: Jura de Bandera.




De regreso a Granada terminé de leer el libro. Impresionante, me había hecho dudar y había logrado tenerme pendiente. Creo que fui el único que no se durmió en el autobús. Pero no sólo fue mérito del libro. Tomé y sus ronquidos, parecidos al sonido del motor de un tractor, también pusieron de su parte.
Llegamos a Granada casi de madrugada, era viernes, y ese mismo domingo teníamos le acto de Jura de bandera. Mientras el gitanillo y yo fuimos a dormir a nuestras respectivas casas, los demás se marcharon al cuartel. A la mañana siguiente tenía dudas sobre si encontraría allí a los que se habían librado de la mili. Me llevé una agradable sorpresa al ver en la formación a Tomé y al gordo de Loja. Ambos habían decidido quedarse un día más y así poder Jurar bandera con nosotros.
Pasamos el día preparándonos para el gran momento. Lustrando las botas con grasa de caballo, intentando dejar la ropa bien doblada, todo para estar bien guapos. A mí me resultaba algo complicado, con mi gorra ladeada y mi uniforme descolorido.
Por la tarde, durante el rato del paseo, estuve en mi casa. Creo que hasta el momento en que me iba para el cuartel no dije que a la mañana siguiente sería la Jura. Me daba vergüenza que me vieran en el pelotón de los lisiados, sin desfilar. Otros me habían hablado de eso. Los que tenían una cojera, o tenían una tara física visible no tenían problema alguno. Incluso eran aplaudidos. Pero en apariencia, yo estaba fuerte, era alto, y temía que incluso pudiera haber algún abucheo. Así que a última hora di a mi familia las invitaciones, diciéndoles que no necesitaba que fueran.
La noche la pasamos todos en el cuartel, ese día se suspendió le pase per nocta. Antes de hacerse de día ya estábamos todos aseándonos. En la formación, el teniente nos dio un bonito discurso, hablándonos de la importancia del acto que estábamos a punto de realizar. Sobre la sangre derramada por esa bandera y sobre la democracia y los derechos y libertades que nos comprometeríamos a defender. Dar un beso a la bandera era dárselo a toda España. Mientras nos daba el discurso sonaba esto de…
“Soldadito español,
Soldadito valiente…
..y el día que yo me muera
si estoy lejos de mi patria,
sólo quiero que me cubran
con la bandera de España.”
Fue un momento muy emocionante. Desde el sábado por la mañana, para ir ambientándonos, estuvieron sonando marchas militares. Siempre me han gustado, no solo por lo que significan, están compuestas para animar el valor, a mi logran emocionarme. Aunque no estés desfilando, los pasos los vas dando al ritmo que te marca la música.
Tras el discurso cada uno cogió su CETME, excepto los del comando botiquín. El cabo Fernández y el cabo primero empezaron a repartir guantes blancos, para que el efecto de nuestros brazos al desfilar fuese mucho más estético y visible.
Volvieron a ponernos en formación y nos dirigieron hasta el cuartel de Cervantes, casi frente a mi casa. Había muchísima gente, habían llegado de muchos sitios para ver a sus hijos, hermanos y novios Jurar bandera. Todos vestidos de domingo. Se respiraba cierta tensión, algo de miedo escénico, quien haya hecho teatro sabe a lo que me refiero. Son esos nervios antes de salir a escena, las dudas sobre si todo saldrá bien.
A los del pelotón de botiquín se nos unieron otros lisiados de algún que otro cuartel. Había un chico con muletas, que se llevaría muchos aplausos por el simple hecho, de haber sido lo suficientemente torpe, como para que estando borracho se le cayera su moto encima, estando esta con el motor apagado. Yo seguía temiendo la vergüenza de los abucheos, miraba a todas partes intentando ver a mi familia, no los veía, eso me tranquilizaba. Si me pitaban, sería menos duro en caso de estar yo solo, pero hacer pasar por eso a los míos era algo diferente. De pronto, entre las cabezas que sobresalían vi la de mi hermano, que además de alto es cabezón, cosa de familia. Junto a él estaban mi madre y mis hermanas.
El sudor fue empapando los guantes, estaba muy nervioso. Para colmo, se nos acercó un capitán, sable en mano. Yo estaba situado el primero de todos, así que se dirigió a mí
- Soldados, ¿tiene claro su cometido?
- Sí señor, nuestras órdenes consisten en que cuando el sargento mayor me lo indique, vayamos andando hasta la bandera, la besamos y volvemos.
- ¡Andando!, de eso nada, ustedes van a dirigirse a la bandera, que es el símbolo más sagrado de la patria. Hasta allí irán desfilando, bien erguidos. Y no olvide ir despacio, tiene a compañeros que no están tan bien como usted.
- ¡A sus órdenes mi capitán!
Lo que faltaba, nunca habíamos desfilado, sólo algunos instantes. Más sudor, más nervios. Era una mañana soleada de invierno, mediodía. De haber estado en agosto, no habría sudado más. La imaginación me jugaba malas pasadas, me imaginaba tropezando, cayendo ante la bandera, ocasionando algún tipo de desastre. Pude oír al gordo de Loja,
- Tomé estoy acojonao.
- Y yo también, dijo una de las nuevas incorporaciones.
- Yo no, no tenemos que preocuparnos, Pinos va delante. Sabe mucho, así que es imposible que lo hagamos mal.
Lo que faltaba, la responsabilidad de que aquella improvisación saliera medio en condiciones era toda mía.
Por fin se alzó el telón, la música comenzó a sonar. Empecé a sentirme mejor, a disfrutar del momento. El mejor momento fue el de cantar el himno de infantería, el ardor guerrero. Nuestras voces retumbaban en el patio del cuartel. Lo más emocionante, era el acto de homenaje a los caídos, en que cantábamos todos “La muerte no es el final”. Todo eso fue distrayéndome y haciendo que me tranquilizara.
Llegó el momento querido y temido. El sargento me hizo el gesto para que comenzara a desfilar. Por otra parte, el capitán se situó a un palmo de mí, con el sable desenvainado. ¡Qué gusto tienen algunos por sacarse el sable a destiempo y así lucirlo al máximo!.
Empecé a “desfilar”
- ¡Alto!, me ordenó el capitán.
Me di la vuelta y vi que Tomé y el resto no podían seguir mis pasos
- Pinos, con los pasos más cortos que yo soy retaco.- Me dijo Tomé.
Cuando estuvimos de nuevo más o menos bien formados, empecé a andar despacito.
- Bien hecho Pinos, que nos vean desfilar con el orgullo de ser españoles.- Decía el gordo de Loja.
A mí se me hizo eterno el tiempo que tardamos en llegar hasta la bandera. Por fin llegué y la besé. Fue un momento importante y emocionante que no olvidaré jamás. Un fotógrafo me hizo una foto, que en aquellos momentos no quise. Ahora me arrepiento de esa decisión, en nuestro mundo, dominado por la imagen, da la sensación que las cosas que no tiene imagen, no han existido. Pero sí, yo hice la mili, juré bandera. El hecho de hacerla en el puesto de Cruz Roja de mi pueblo, no significa que fuese una mili de chichinava. Antes de incorporarme al cuartel ya había hecho cuatro meses de guardias de ocho horas al día. Y así completé un total de doce meses en el puesto. Doce meses en los que me pasaron muchas cosas, muchas malas y alguna buena. Aprendí mucho sobre relaciones humanas, tomé verdadera conciencia de que el mundo en que yo me movía, de estudiantes universitarios, no era más que una de las realidades sociales, que además era de las más privilegiadas. Salvé alguna vida, sólo por eso valió la pena mi decisión de cumplir mi servicio militar, en la Cruz Roja de Pinos Puente.
Tras el acto, nos llevaron de nuevo hasta nuestro cuartel, donde recogimos nuestro petate. Nos despedimos, de unos con más emoción que de otros. Tomé se me abrazó con lágrimas e los ojos. Para él había terminado esa aventura en la que había visitado Granada y Sevilla. le quedaba por delante una vida montado en su tractor, y posiblemente sin volver a salir dle pueblo. El gordo de Loja me dijo que se incorporaría para hacer guardias de modo voluntario en la Cruz Roja. Tíjola no sabía aun donde lo mandarían. También pude despedirme del antequerano. Del cabo Fernández y del cabo primero. Me habría gustado despedirme del subteniente, pero doña Brígida lo tenía muy ocupado con las reuniones de sociedad. Con el otro de Pinos quedé para vernos en nuestro puesto.
Cuando llegué a mi casa me confirmaron que habían asistido a la Jura, recuerdo que como casi todos los domingos, había arroz para comer. Me dijeron que habían hecho fotos. Ese carrete terminó estropeándose y no queda foto alguna del soldado José Luis López, Pinos para mis compañeros de cuartel.

Comentarios

  1. hola Joselop44!!!
    Gracias por tu cariño y tus palabras de ánimo. Pasaré mas amenudo por aqui dado que aún tengo mucho pendiente que leer.
    Queria avisarte que tienes unos premios en mi tejado cuando puedas ven para recogerlos.
    un biquiño enoorme

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  2. La ceremonia de jura de bandera es de las bonitas y emocionantes que una persona pueda vivir en su vida.
    Un saludete

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  3. POR TU CONSTANCIA Y RELATO TAN BIEN REALIZADO UN ABRAZO Y SEGUIRÈ PASANDO POR ESTE MUNDO TUYO. bUEN FIN DE SEMANA!

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  4. Yo también juré bandera, primer renplazo del 1993 en el cuartel teniente Ruiz de Ceuta. buen fin de semana.

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  5. Para mi la jura a la Bandera es algo muy importante que me emociona en demasìa, acà se acostumbra que los niños de 10 años juren la bandera en la escuela y es un momento hermoso aunque aùn no son concientes de lo que represeta ese juramento.
    Me gustò tu texto.
    Beso eternos.

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  6. Hacemos cosas que luego nos arrepentimos, como en tu caso, que no te quedaste con la fotografía de aquel momento tan importante de la jura de bandera, pero de todas formas, esa imagen la tienes en tu recuerdo, porque permanecerá contigo mientras vivas el momento y la sensación de aquel día tan importante.

    Yo asistí a la jura de bandera de mi hermano, y tengo que reconocer que me emocioné bastante, es un momento para recordar siempre.

    Un placer, leerte, y gracias por compartir tus vivencias.

    Un beso.

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  7. BUENO... POR UN LADO ME HA ENCANTADO TU RELATO, TE HE SEGUIDO TODOS ESTOS DÍAS Y SUPONÍA QUE LLEGARÍA LA JURA DE BANDERA...Y AL LEERLO, ME HE QUEDADO CON UN AYYYYY EN EL ALMA PORQUE SUPONGO QUE ALLÍ ACABA LA MILI Y LOS CUENTOS DE LA MILI, Y HAN SIDO TAN REQUETE-BUENOS QUE ME DÁ COSITA NO PODERLOS SEGUIR LEYENDO, PERO CONFÍO EN QUE CON EL TALENTO QUE TIENES, YA TENGAS PREPARADO ALGO...DE VERDAD QUE HE DISFRUTADO MUCHO, PERO MUCHO, ME HE REIDO, ME HE EMOCIONADO Y ME HE IMAGINADO TODO LO QUE HAS ESCRITO.
    BESITOS.

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  8. EN GENERAL, DOY MIEDO.
    PERO JURO QUE NO ES CON MALA FE.
    GRACIAS POR VISITARME. ME SORPRENDÍ...
    LLEGUÉ AQUÍ A EXPLORAR TUS LETRAS.
    ME DARÉ UNAS VUELTAS, CON TU VENIA.(O SIN)
    SALUDOS.

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  9. pero por qué tenías vergüenza que asistiera tu familia joselo...no sabes como se ponen de orgullosos y embobados.
    Sabes, acá en Rosario está el Monumento Nacional a la Bandera y el 20 de Junio, su día, los soldados hacen el Juramento. Los días previos los niños de 10 años, hacen una Promesa a la Bandera. Y ckaro que es emocionante.

    Besos

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  10. Esto no significará el final de tus relatos, verdad? en que nuevas aventuras nos sorprenderas ahora?
    Siempre es un placer leer tus relatos.
    Un saludo

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  11. Tengo tres hermanos y no han hecho la mili, vivíamos en un país en que la mili no se hace. es como aquí ahora, por eso leerte me descubre un mundo desconocido.

    Un abrazo

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  12. Hola Jose,

    Recuerdo la jura de bandera de mi hermano y a un montón de madres llorando como magdalenas...
    Me ha encantado que hagas un inciso en este punto.
    Un abrazote

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  13. BUENA SEMANA, PASE A SALUDARTE! ABRAZO

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  14. Siempre había oído hablar de la Jura de Bandera sin saber muy bien en qué consistía el acto. Tu relato muestra un gran orgullo y admiración por ello, me ha encantado :)

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  15. Mi hermanito lo hizo, aca en Argentina se acostumbra a hacer en los colegios en cuarto grado, y es muy muy emocionante!

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  16. La gata en el tejado : muchas gracias por los premios y por pasarte a leer mis historias.

    El chache : totalmente de acuero contigo, es muy emocionante.

    roxana : gracias, pásate cuando quieras.

    Esteban: seguro que fue hasta allí tu familia. Tendrás fotos del día y pasarñiais el día juntos. Saludos.

    lascivia : es muy emocionante. La música y toda la parafernalia hacen que todo sea muy emocionante. Saludos.

    María: bien pensado, ahora nbo lo tengo sólamente en la memoria, tambien lo tengo por escrito. Saludos

    ZAYADITH HERNÁNDEZ: no te preocupes, que au quedan muchas cosas que ocntar de la mili. La diferencia es que ahora contaré mis vivencias en el puesto de Cruz Roja. Saludos.

    Sil : espero que te guste lo que escribo. Saludos.

    mara y cuyá : la vergüenza era por ir en el peloton de los lisiados, como nos llamaban. Además de que podrían haberlo pasado mal si alguien me hubiera pitado. Saludos.

    Iradai : esto no es el final, es el comienzo de mis aventuras y desventuras en el puesto de Cruz Roja. Gracias.

    lys: al haber entrado de voluntario, sin pedir prórrogas por estudios, soy el único de mis amigos de mi edad que ha hecho la mili. Lo de contar las historias de la mili, es algo tradicional que se ha hecho siempre. Es una época de la vida en la que se hace un paréntesis, y para muchos significaba la única vez en su vida que habían salido de sus pueblos. Saludos.

    Lujo: me alegra mucho que te aya gustado esa parte de mi relato. Saludos.

    marta : espero que te haya servido para hacerte una idea sobre el acto. Es realmente emocionante. Perosnalmente creo que debería hacerse como en otros paises, que todos los ciudadanos llegados a una edad la jurasen. No es lógico que sólo la juren los inmigrantes que quieren acceder a la nacionalodad española. Saludos.

    mimi : bienvenida. Estoy totalmente de acuerdo, es muy emocionante. Saludos, espero que sigas entrando a leer mis historias.

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