En memoria de Antonio Espinosa, un amigo
Hoy nos ha dejado Antonio Espinosa para fundirse con ese Todo que es el mar de las esquinas. Habrá visitado al señor del faro y junto a la gaviota reidora ha emprendido su último viaje.
Publico la entrevista que tuve el honor de hacerle con motivo de la publicación de su libro "Trilogía del hombre silente".
Editorial Nazarí me ha dado la oportunidad de entrevistar a
Antonio Espinosa, un amigo al que admiro, con motivo de la presentación de su
nuevo libro "Trilogía del hombre silente". Se trata de un poemario
dividido en tres libros que es una delicia para todos los sentidos y que
conservaré para siempre ente mis libros más queridos. Antonio, escribe con la
sencillez de quien tiene las ideas claras y ofrece al lector lecciones de vida
y detalles de sensibilidad al alcance de los más grandes. Con Antonio he tenido
la fortuna de compartir conversaciones intensas sobre temas importantes y, pese
a no estar siempre de acuerdo con sus opiniones, nunca he dejado de apreciar la
enorme sabiduría que atesora, producto del estudio, de la observación y de una
vida que sabe disfrutar.
¿Qué
es para ti la serendipia?
Si se busca la palabra en el
diccionario de la RAE se encuentra uno con la siguiente acepción: “Hallazgo valioso que se produce de manera
accidental o casual”. Sin embargo, pregunto yo, ¿cuál es la diferencia
entre serendipia y suerte, azar, fortuna, etc.?. Yo definiría la palara como “Hallazgo valioso que se produce de manera
accidental o casual en quien está buscando otra cosa”.
Un ejemplo puede aclarar el tema:
se trata de ir a buscar la aguja el granero. Una persona va al granero a buscar
la aguja y cansado de no encontrarla se sienta. Al sentarse siente un pinchazo
y es la aguja que se le ha clavado en sus glúteos. Eso no es serendipia, eso es
suerte, azar, fortuna o utilicen la palabra que deseen. Otro hombre se dirige
al granjero a buscar la aguja y, cansado de no encontrarla o con la firme
decisión de pensar dónde podría buscar, se sienta. A los pocos minutos aparece
la hija del granjero y se enamoran al primer golpe de vista. Eso es serendipia,
buscar insistentemente, y con un método, una cosa y descubrir otra. Y ambas
tienen que ser valiosas.
Por cierto, la palabra viene del
inglés serendipity y lo que es menos conocido es que la actual nación Sri Lanka
antiguamente tuvo el nombre de Serendip.
(Léase al respecto The three princes of Serendip, Los tres príncipes de
Serendip).
Criado
en un barrio de Almería...¿Qué recuerdos de tu infancia conservas con más
cariño?¿Qué queda del niño que jugaba en las calles de su barrio?
La familia Espinosa Úbeda llegó a
Granada en el inicio del otoño de 1950. El traslado desde Almería se llevó a
cabo en el tren conocido como semidirecto. Era curioso, pero a veces caminar
junto al tren era más rápido que desplazarse en él. A mi padre lo habían
nombrado bedel de la Facultad de Derecho y nos daban casa dentro de la misma
universidad. Antes viví en el barrio almeriense del Diezmo, en el que se
almacenaba en grandes montones toda la basura generada por la ciudad. En mi
novela El último loco he tratado el tema del barrio y le he dado categoría de
personaje. Allí había gente humilde, se jugaba a rajar la caña de azúcar, no
había agua pero sí había electricidad. Allí tuve mis primeros amigos, Manolo
Mira y Miguel Fernández. Pero sobre todo allí me hice niño. No era fácil
hacerse niño en aquella época, sobre todo cuando no tienes nada que tengan los
niños más afortunados.
Me eduqué en un colegio que
estaba anexado a la parroquia y al manicomio y todos los días tenía que
atravesar “el patio de los locos” para ayudar al párroco en la misa, que se
hablaba en latín.
Todo esto son mis recuerdos de
aquel barrio al que le dediqué, en agradecimiento a hacerme niño, la novela que
antes he dicho.
Viniste
con tu familia a vivir a Granada, donde tu padre trabajó como bedel de la
Facultad de Derecho. Recuerdo que la primera vez que nos vimos me obligaste a
no hablarte de usted y me explicaste que siempre te has sentido como el hijo
del bedel de Derecho. Son palabras que implican admiración por tu padre. ¿Qué
me podrías contar sobre él? ¿De los consejos que pudo llegar a darte, cuáles te
han sido de más utilidad y has transmitido a tus hijos y nietos?
Verás, querido José Luis, pienso
que el haber llegado a ser catedrático de la Universidad de Granada no pasa de
ser nada más que mi trabajo. Pero la persona sustenta a todo el edificio humano
y, si falla la persona falla todo. Por eso supe pronto que tenía que cuidar al
niño que llevaba dentro y a la persona en que me transformé. Y esto fue
enseñanza de mis padres, que eran sabios de pueblo y para el pueblo en unos
momentos en los que triunfó el pensamiento único.
Como me preguntas por mi padre,
compartiré contigo y con los lectores el poema que le he dedicado hoy mismo en
Facebook.
Mi padre y yo
Movía su cuerpo torpemente,
Un ligero balanceo a los lados,
Algo más notorio al derecho,
Un vino, dos amigos, nunca
acalorado.
La sonrisa amplia y el pantalón
Que parecía corto de lo alto
Que se lo ceñía a la cintura,
Medio calvo, ojos muy claros.
Un día creyó estar cansado,
Y su cuerpo se negó a vivir.
Demasiada carga, cinco hijos,
Guerra y posguerra y a resistir.
Llegó la paz y el hambre.
Más tarde la vida quiso sonreír
Al hombre, y el hombre dijo,
Es el tiempo de andar sin vestir.
Y quedó un hueco, el primero
Que yo sentí, luego vinieron
otros,
Y más tarde alguien habló del
parecido
Entre él y yo. Yo siempre seré su
hijo.
Creo que te he contestado con
esto, ¿verdad?
"Trilogía
poética de un hombre silente" lo dedicas a Agustín, Juan, Maruja y Carmen,
tus hermanos. En una dedicatoria breve y muy bella. Tengo una curiosidad,
¿sientes el vacío que dejaron o por el contrario es más fuerte la presencia de
su recuerdo?
Tres de mis hermanos murieron y
atravesaron El Puente Flotante. Pienso que el propósito del universo es la vida
y no la muerte. Por eso, creo que se debe decir, muero porque vivo, porque la
muerte es la culminación de la vida. Dicho así la cosa, la muerte provoca un
hueco primeramente. Nuestro gran poeta Rafael Guillén, en su libro Límites,
escribió
Donde sonó una risa queda un hueco
Sí, sonde sonó la vida queda un
hueco que es difícil de rellenar.
Luego viene el recuerdo, pero el
recuerdo no como aferrarse a una vida ya vivida sino, como dijo Ortega Y
Gasset, precisamente en Granada, en la celebración de 400 aniversario de la
Universidad, el recuerdo es volver a pasar por el corazón lo que alguna vez
estuvo ya en él.
El
mar está muy presente en tu "Trilogía de un hombre silente". ¿Qué
tiene el mar para que ejerza una atracción tan grande?
Tengo que decir públicamente que
yo tengo dos mares: el mar de agua (sobre todo nuestro Mediterráneo) y el mar
de las olivas. Ambos mares me cautivan y, si quieres que te sea sincero, no sé
con precisión si son esos mares los que tienen algo que ejercen esa enorme
atracción sobre mí o soy yo, con mi sensibilidad, quien los veo de esa forma
tan particular. Mi padre me decía, “Antonio, no te vayas muy lejos que hasta el
horizonte se pierde en el mar de agua o de las olivas”.
Los dos mares son, sobre todo,
señales inequívocas de vida.
¿Quién
es el hombre silente?
En uno de los poemas de mi
Trilogía poética de un hombre silente, escribo
Solo la vida planta cara a la
vida
Pero es preciso infringir sus
normas.
Ese sería el hombre silente. Sin
embargo, llegar a esta conclusión exige de una cierta edad y de una cierta
sensibilidad ante “las cosas del mundo”. Por eso, quien lea ese poema (número 3
del libro) pensará que soy yo el hombre silente: alguien que vive su otoño,
hermoso otoño después de haber vivido otras estaciones, sensible, vitalista,
que cree en el amor como fundamento del propio universo.
El hombre silente sería la
idealización de mis propias convicciones. Y está muy generalizado aunque, a
veces calle demasiado y no infrinja las normas impuestas en la sociedad pero no
acordadas.
El
Segundo Libro del poemario se titula "El Puente Flotante" (Los
objetos simulados de la vida). El puente flotante ya aparece en la dedicatoria
del poemario. ¿Qué significado tiene para ti?
Desde hace tiempo vengo leyendo
mucho sobre la mitología japonesa. Quizás se deba a que soy un lector
empedernido de Murakami. Lo cierto es que en el Kojiki, o mitología japonesa,
se habla que los dioses autocreados llamaron a los dos seres celestiales y les encargaron
que bajasen a la tierra para engendrar a la humanidad. Ante la imposibilidad de
su desplazamiento, los dioses crearon El Puente Flotante. Rápidamente supe que
ese podría ser el contenido de mi Trilogía: El hombre en los altos llanos del
cielo, que yo identifico con el Amor (Libro primero, Íntimo Otoño), El hombre
ante todo lo que le rodea en la tierra –seres vivos, naturaleza, belleza, odio,
rencores, etc., Libro tercero, El Hombre Silente) y el hombre en el tránsito
del Puente Flotante, que me permitiría hacer poesía filosófica sobre los
aspectos esenciales de la vida.
Los
objetos simulados tienen una enorme importancia en el libro. Me gustaría que me
dieras ejemplos sobre los mismos y me explicaras cómo nacieron.
Los objetos simulados de la vida
son todas aquellas acciones humanas, dogmas, credos, odios, rencores, lo que
podríamos llamar los sentimientos negativos, que dificultan la vida y nos hacen
vivir a los humanos la misma clase de vida. Me rebelo contra eso y he escrito
21 poemas dedicados a este tema. No sé si fue Einstein quien dijo, “no sé si
hay dios pero de lo que estoy seguro es de que existe el alma”. Se vive con el
alma, pienso yo, y no con los dogmas por muy religiosos, políticos económicos,
sociales que se puedan establecer. Claro, que esto nos obliga a saber qué es el
alma. Si quieres, un día podemos hablar de este tema tan interesante.
"Trilogía
poética de un hombre silente" tiene a un ser que te visita, con quien
tienes unos diálogos que son pensamientos convertidos en lecciones de vida. Una
gaviota que se te acerca cada día mientras desayunas o tomas el aperitivo junto
al mar. ¿De dónde sacaste la idea de
usar la gaviota como personaje con quién dialogar?
La gaviota es un ave que vive en
pareja, vuelan en pareja y son fieles toda la vida. Es un elemento poético que
quiere definir mi interior, mi vida pensada, mi vida imaginada, mi vida soñada.
En mis intervenciones en la radio también creé el personaje de Fátima, que
viene a ser lo mismo, pero con forma humana. Por otro lado, desde mi retiro en
Fuengirola veo todos los días a las gaviotas. Un día pensé que una de ellas
podría servirme para expresar esa vida de los sueños que tú has visto en mis
conversaciones y en mis escritos.
Por otro lado, la gaviota amiga
tiene el poder de surcar los cielos sin necesidad del Puente Flotante. En este
sentido sería como admitir que, dependiendo de la sensibilidad de cada persona,
se puede transitar de tierra a cielo o viceversa sin necesidad de pasar por el
Puente Flotante, que tiene un significado más de terminación que de continuidad
de la vida.
Tu
poesía es clara, tiene algo de Platón, incluso de Calderón, cuando te refieres
a los sueños. Aunque sea una pregunta muy manida, ¿qué escritores crees que
influyen más en tu obra?
Uno lee. Yo tuve la suerte de
tener a José Martín Recuerda como profesor en el Instituto Padre Suárez y más
tarde como director del grupo de teatro conocido como TEU. Eso me hizo leer
desde los clásicos a lo que en aquel momento se leía (Borges, Camus, Ionesco,
los grandes maestros rusos y americanos, etc.) Y también a nuestros escritores
y poetas. De todo esto queda un poso, como el café deja siempre un resto que
algunos aprovechan para adivinar nuestro pasado.
El resto lo pone la sensibilidad
del poeta ante la vida.
Por ejemplo, yo voy paseando y me
surge una idea ante algo que he visto o escuchado. Así, escuché una canción en
la que el cantante hablaba de que “El hogar está donde esté el corazón. Y me
sirvió para escribir un poema. Es el siguiente:
El hogar está donde esté el
corazón
Dijo, más bien espetó, el músico.
El clarinete pareció entender el
mensaje, y
Vació su armonía de aire;
así me hizo comprender la frase.
El hogar existe donde exista
amor.
Luego, como quien no desea el
virtuosismo,
Me regaló una escala armónica
infinita, que
Me llevó al sitio del amor.
Allí te encontré y entendí al
músico.
En fin, si tuviese que decidirme
por una sola influencia le daría el nombre de Jorge Luis Borges, de quien estoy
a miles de años luz de retraso.
Son
algunas las conversaciones interesantes que hemos mantenido sobre los sueños,
tema que me apasiona y que se encuentra muy presente en tu obra. Y no puedo
desaprovechar la ocasión de hacerte estas preguntas en público y por escrito.
¿Qué tienen de realidad los sueños? ¿Qué aportan a nuestras vidas?
Creo que fue Boabdil El Chico
quien dijo en cierta ocasión:
Todo lo que alguna vez ha estado entre nosotros perdura eternamente.
En esa frase se podría interpretar
qué son los sueños. Algo que alguna vez estuvo en uno y que, por esa razón,
perdurará eternamente.
En cierta ocasión escribí:
Maestro, ¿qué es más real,
Lo que cada día vivo o
Lo que cada noche sueño?
Si tuviésemos un nivel de
conciencia durante el sueño (a veces se sueña despierto) podríamos decidir si
estamos en lo vivido o en lo soñado. Por ejemplo, en su 1Q84, Murakami asocia
lo soñado a un mundo que tiene dos lunas.
Creo que nuestras mentes no han
tenido todavía el suficiente desarrollo como para asociar el sueño, en el
sentido de ensoñación, a una actividad mental y, por lo tanto, vital.
Antonio,
aquí viene la que creo que es la pregunta más difícil y que no haría más que a
alguien cuya sabiduría despierta mi admiración. ¿Qué es la vida?
Es difícil decir qué es la vida;
sin embargo, somos capaces de reconocer lo vivo y lo muerto. Si se profundiza
algo más, la característica común de todos los seres vivos es que intercambian
algo con el medio que les rodea, y ese algo que intercambian lo transforman en
su propio organismo. Esto es conocido como autopoiesis.
Dicho así, creo que nos
quedaríamos a oscuras y que solamente los expertos entenderían y profundizarían
en el tema.
Si aceptamos que todos los seres
vivos sufren ese proceso, ahora nos preguntaríamos que la vida puede ser algo
muy simple (una sola célula) o algo muy complejo y diverso. Por ejemplo, hay
organismos vivos que reptan, otros que vuelan, otros que caminan, otros que
necesitan oxígeno, otros que pueden vivir en condiciones más drástica y, por
último, hay vida inteligente.
Yo me he planteado muchas veces
esta pregunta y he llegado a varias conclusiones.
1.- El universo completo es lo
único que no puede reflejarse en un espejo. No existe un universo reflejado o,
al menos, todavía no se habla de él.
2.- El propósito del universo es
la vida y no la muerte.
3.- Cada ser vivo se comporta
como el universo: la imagen reflejada en el espejo es diferente a la real. Si
pudiésemos extraer dicha imagen llegaríamos a la conclusión de que cada ser
vivo es único, si se exceptúan los casos de clonación, que al fin y al cabo no
son más que emplear el mismo material para obtener el mismo individuo.
4.- La vida es un proceso químico
complejísimo en el que cada organismo, según su complejidad, puede desarrollar
el mundo de los sentidos o también el mundo de lo inmaterial (amor, odio,
recuerdo, pensamiento, etc.).
Y 5.- Ahora viene lo más
complejo: para unos la vida es el fruto de la creación de un ser superior; para
otros es el resultado de la evolución en la adaptación al medio. Para unos, el
alma es una parte separada del cuerpo en donde se encuentra la conciencia, y
todo lo inmaterial; para otros, los cuerpos tienen la propiedad de la
corporeidad, es decir, de que lo material cree a lo inmaterial, por ejemplo, el
pensamiento sería el fruto del trabajo especializado de las neuronas, la
conciencia sería una especie de equilibrio de todos nuestros circuitos
neuronales ante un hecho concreto.
Así pues, y concluyo, no se debe
dogmatizar en este sentido y sí se debe aceptar cualquier opinión.
Dicho de otra forma, ¿Es la vida
química o es la vida solo y exclusivamente química?
He ahí la cuestión.
Aquí se puede ver la entrevista en la web de Editorial Nazarí:
http://www.editorialnazari.com/es/noticias/1095-entrevista-a-antonio-espinosa-ubeda.html
Aquí se puede ver la entrevista en la web de Editorial Nazarí:
http://www.editorialnazari.com/es/noticias/1095-entrevista-a-antonio-espinosa-ubeda.html
Querido amigo, eres parte del Todo, sin la cual este no existiría. Siempre me quedará el recuerdo de nuestras conversaciones ante una copa de vino y todo lo que dejas escrito.
Gracias por haber sido mi amigo.
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