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Mostrando entradas de julio, 2015

Sobre la belleza y el carácter de Granada

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Piel brillante, resistente y casi inaccesible, muestra coqueta la granada   los restos de la flor que un día fue. Y cuando la maduración se haya completado, se presentará encerrada en si misma ; y te obligará a hacer un esfuerzo si deseas acceder a la gran belleza   que guarda en su interior.

En la vida y la creación, los detalles importan

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Tanto en la vida como a la hora de crear, no pierdas de vista los pequeños detalles; pues son los que marcan la diferencia entre lo vulgar y lo sublime. Ocurre con las personas y las cosas, ¿cuántas veces has escuchado de una persona que es buena? En general todos lo somos, pues nadie es malo por completo. Pero es cuando te fijas en los detalles cuando de verdad conocerás la naturaleza de esa persona. En cuanto a las obras que creamos y las que admiramos, si las analizas compruebas que es en esos pequeños detalles donde se diferencian las que pasan desapercibidas de las que son capaces de conmoverte. José Luis López Recio

Complejos en el amor y la amistad

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En el  ‪#‎ amor‬  y la  ‪#‎ amistad‬  no hay lugar para los  ‪#‎ complejos‬ , pues quien es tu amigo o quien te ama, convierte tus posibles taras físicas en los rasgos que te hacen único. Y si no lo comprendes es que aún no has adquirido la capacidad de amar. Aprende a quererte y comprenderás que no es tan sospechoso que otro lo haga

Lo llaman AMOR

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Es la llama de una cerilla que arde, tan frágil que un ligero soplido lo puede apagar. Su reflejo es equívoco. ¡Cuidado! Te puede quemar.  Lo llaman AMOR .

El más bonito de los besos

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De todos los besos que he soñado, el más bonito es aquel con el que me sorprenderás mientras, sentado en la arena de la playa al ponerse el sol, observo el ir y venir de las olas dentro de muchos años. Fotografía: Lola Díaz Somodevilla .

Anoche lloré

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Anoche lloré los besos que no te di. Se deslizaron por mis mejillas  hasta la comisura de mis labios:  esperaba el dulce sabor de la miel, encontré la amargura del desapego. José Luis López Recio Imagen:  http://lagrimasdelcorazon.bligoo.com/media/users/19/983174/images/public/231353/1331405044183-x_4381e7aa.jpg?v=1331405059126

La caseta de mis perros

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Esta caseta fue habitada por seres muy queridos y ninguno de ellos me decepcionó ni traicionó. Es la única vivienda en el mundo sobre la que puedo hacer tales afirmaciones.

Un sábado por la mañana

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Un sábado por la mañana más o menos a esta hora, mi padre nos sacó de la cama a mi hermano y a mí y nos montó en el coche. Salió de Pinos por la carretera que conduce a Tiena y a Moclín y paró en un sitio donde lo único que había era espacio donde dejar el coche. Cruzamos el río por un viejo puente y subimos por un cerro. Era marzo y la mañana era fresca, la verde hierba se elevaba por encima de mis rodillas. Llegamos a una casa pequeña que parecía abandonada. A unos veinte m etros llamó a voces al dueño, un hombre mayor al que recordaba a lomos de su Derby en la que siempre había una azada atravesada. Salió a recibirnos y nos invitó, casi sin palabras a entrar en el interior. Nos dijo que tuviéramos cuidado y que no hiciéramos movimientos bruscos: en un rincón de aquella vieja casa que hay sobre un cerro, vi por primera vez una camada de perros recién nacidos.

F10

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La cosas suceden por alguna razón, incluso el más casual e inesperado de los encuentros. Mira en tu interior, haz memoria y sabrás que llevo razón; pues no te quedas bloqueada y sin saber reaccionar ante cualquiera. Nerviosa, tu cuerpo aún temblaba mientras le escribías para pedirle disculpas y para decirle que te pareció guapo. Pero después pensaste y olvidaste las emociones, y para volar hay que sentir, emocionarse y desearlo con todas tus fuerzas:  ¡abre tus alas y vuela!

Delirio de estío

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Debía pasar una fase de delirio, provocado por el intenso calor de estos días de estío,  cuando he tenido el siguiente sueño que transcurría bajo un sol abrasador: Me encontraba en el pueblo de Fregenal de la Sierra y caminaba resguardado del sol, bajo los soportales de su plaza principal, cuando llegó a mí un olor inconfundible a pata negra a las brasas. Hasta ahí nada extraño. Caminaba por el pueblo sin encontrar ni una sombra y bajo un sol que quemaba mi piel y el olor a carne asada seguía presente; notaba que pasaba algo extraño pero no acertaba a saber qué era. Me encontré con mi amigo Luis, que caminaba cargado con un enorme paquete de pañales; nos saludamos y noté que me miraba de un modo extraño y no hizo alguno de los comentarios jocosos y llenos de ingenio que acostumbra a compartir. Un perro flaco comenzó a seguir mis pasos, al poco se le unió otro y otro además de tres ratas peludas que asustarían a los perros de no haber estado tan pendientes de mí o de aquell