Age quod agis

¡Qué bien ha recogido José Luis el sentir de toda la familia! Si alguien os pregunta qué es AGE QUOD AGIS,  podéis responder que es la síntesis de la vida de la abuela María: hizo en todo momento lo que se debía hacer. Tenía una perfecta coordinación  entre inteligencia, voluntad y corazón. Me acaba de llamar su prima María Capilla y también me la ha definido muy bien: “la prima María siempre fue una santa”. Una santa de a pie, sin peana. Disfrutó  mucho de la vida porque no vivió para disfrutar, sino que disfrutó cumpliendo las exigencias de cada momento. Su sentido común, su escala de valores, era exquisito. La gran tarea educativa de una familia es enseñar a amar. Ella nos ha enseñado a amar, a respetar, a servir…  El timonel se ha jubilado, pero ahora nos toca a los demás salvar su legado, aunque sea en otros barcos, pero por el mismo mar, en el oscilar de las mismas olas, bajo el mismo cielo aunque las nubes y las tormentas sean otras; pero ya hemos aprendido a pilota

María Sánchez había vivido los últimos noventa y seis años de la historia de España y del mundo y además gozó hasta el final de una gran memoria, cualidad que convertía en apasionantes las conversaciones que mantuve con ella desde que tengo uso de razón; por si fuera poco, era una gran contadora de historias y una analista política de primera categoría. Hija mayor de una familia de labradores bien situada, desarrolló desde muy niña un gran sentido de la responsabilidad que hacía que se ocupase y cuidara de sus hermanos e incluso de su  padre. Las historias sobre cómo su madre regañaba a su padre por salir de la casa con un carro de trigo y regresaba con un solo saco de harina, debido a que por el camino se encontraba a gente necesitada y era incapaz de no darles harina con la que alimentar a sus hijos, marcaron su carácter; la convirtieron en una persona preocupada por los más necesitados. Más tarde —ella lo contaba orgullosa— se enfrentó sin miramiento alguno al alcalde, qu

"Cuando estudies la historia no sitúes el foco a la derecha o a la izquierda; te dará una visión engañosa, llena de luces y sombras ocasionadas por tu punto de vista. Colócalo en el lugar que ocupa el sol de mediodía, de ese modo lo verás todo con claridad".

“En el juego del ajedrez, es fácil ver al mal jugador sonreír tras eliminar un alfil del jugador rival; el buen jugador ni se inmuta, pues sabe que en cuatro movimientos tiene jaque mate”. “El mal jugador sonríe tras eliminar un alfil del rival; el bueno sabe que en tres movimientos tiene el jaque mate”.