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Mostrando entradas de septiembre, 2010

Donde se relata cómo Virtudes se desahoga con Sara y una terrible confusión

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Virtudes salió de la habitación sin mirar hacia atrás y bajó las escaleras para llegar a la habitación de Sara; allí cogió las vasijas donde la perra tenía la comida y el agua y tras llenarlas, las subió a la habitación de la tercera planta. Sara se encontraba en la esquina opuesta al lugar que ocupaba el armario que de forma tan misteriosa se había quedado mirando y había colocado a los cachorros entre su propio cuerpo y la pared para mantenerlos a salvo de aquello que la inquietaba. Al ver a Virtudes con la comida y el agua comenzó a mover su cola. - ¡Sara, coge fuerzas que estos diablillos te van a exprimir! Eres afortunada de tenerlos; a este paso yo me quedo para vestir santos. ¡Ya ves! El chofer del señor me mira y yo le devuelvo las miradas. Siempre que viene le saco algo para picar; no imaginas como le gusta el salchichón. Pero no me invita a salir; salvo aquella vez en que me llevó al cine a ver una de guerra en la que había más casquería que en el matadero del pueblo. ¡A ver