Cantar de una traición

 Recibió un espadazo en el vientre, frío como el agua que baja helada de la montaña. Se rehízo del golpe para lanzar tres mandobles que solo hirieron al aire espeso con hedor a muerte que la rodeaba. Retrocedió un paso y logró parar otro ataque hasta que en aquella mañana de verano recibió una estocada mortal que le atravesó el corazón.

Su rival, su mejor amigo. Aquél que mejor conocía sus debilidades.
Sangre y sudor se confundían con la llamada de la muerte. El soldado alzó la voz.
—Te he visto.— Y la muerte dudó.
—Me he batido con nobleza.— Prosiguió— El honor ha sido mi camino. Con un caballo viejo, sin yelmo y sin escudo, luché con arrojo frente a rivales con los colmillos torcidos. Y me mató la traición. Permite que cumpla mi destino.
Semanas después apareció a las puertas del Convento de Santa Isabel la Real, un soldado: vestía capa parduzca y vieja. Sombrero y botas desgastadas. Llamó a la puerta. Volvió a llamar sin lograr que la abrieran.
Tras esperar un día entero, entonó el cantar de una gesta en el que el corazón guió su espada para salvar el honor de una amada, que nunca fue suya, por la que decidió dar la vida pese a que ella jamás lo amó.

José Luis López Recio
Puede ser una imagen de puerta, al aire libre y monumento
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Comentarios

  1. Bello relato acerca de un amor imposible ,a pesar de que el protagonista no fue correspondido como el anhelaba luchó hasta el último aliento ....
    Unas veces ganamos otras veces perdemos pero lo más importante es nunca renunciar a nuestros sueños ,de alcanzar un objetivo ....jamás rendirse ante una dificultad...porque con paciencia la situación puede dar un giro de 360 grados ...

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