De todos los recuerdos de los futuros que he soñado contigo, me quedo con el brillo de tus ojos justo antes de abrazarme aquella mañana de enero; con el aroma a azul intenso que desprendía tu cuello al volver a vernos tras tanto tiempo; con tus risas mientras te contaba alguna de mis batallitas; y con la lágrima que recorrió tu mejilla el día que dije adiós a mi cuerpo. Son tantos los futuros que he soñado para nosotros, que guardo recuerdos de un millón de vidas en las que tuve la dicha de estar contigo. José Luis López Recio Fotografía de José Luis López Recio Recuerdos de un millón de vidas que viví contigo (Pantano del Cubillas, Granada)
Esta frase latina que da título al blog que hoy me dispongo a inaugurar, nos fue repetida unas cuantas veces durante el curso por el que sin lugar a dudas ha sido uno de los mejores profesores que he tenido el gusto de tener, disfrutar y por qué no decirlo, sufrir. Ha llovido mucho desde entonces, aunque no tanto como debiera a tenor del nivel de los pantanos. Cursaba yo tercero de B.U.P, y ese año, en ese grupo se dio una conjunción de personas que lo convirtió en excepcional. Había un grupo humano de gran valía, tanto entre los alumnos como entre los profesores. Se trataba de un grupo de letras en el que fuimos compañeros y también amigos. Recuerdo a mi amigo Jorge, a los dos Álvaros, a José Cantero, a Jesús, a Irene, Tiscar y su personalidad desbordante, Carmen, Yiye, como no, mi hermana Virginia y muchos más a los que no he olvidado. Entre los profesores recuerdo esas lecturas del libro de mitología por parte de doña Blanca, las clases de sexualidad del profe de Filosofía, que eran
Despedida sin adiós Es un adiós sin distancia, Un distanciamiento sin adiós. Si nuestra relación fuera un árbol, cortaste las últimas ramas con flores el día que utilizaste mi te quiero para darme un pisotón. En las despedidas definitivas no aparece la palabra maldita. Adiós es un aviso, un reclamo para llamar su atención. El árbol está talado con un hacha de filo oxidado, yermo por la sal con la que regaste la tierra con frías paladas de desaires. Tú eres feliz por tener lo que quieres, yo lo seré cuando aprenda a vivir lejos de esta ficción. José Luis López Recio
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